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La ayuda económica no basta, hay que cambiar mentalidades


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Unas sesenta mujeres siguen cultivando sus parcelas en el huerto de Kanso (fotos). Hemos realizado una estimación de la producción que obtienen de las distintas verduras, según la época, y según nuestros cálculos, cada mujer de la cooperativa puede ganar de treinta a cuarenta euros mensuales, una cantidad muy importante para la zona. Sin embargo, no siempre lo consiguen, debido a su falta de conocimientos y de organización.


En general, nuestros proyectos han hecho aumentar de forma significativa el nivel de vida en Kanso. Como consecuencia, ha habido un aumento de la natalidad (bastante patente, aunque no disponemos de cifras que lo corroboren). Además, según nos comenta la gente, las chicas de otros poblados prefieren casarse con chicos de Kanso para beneficiarse de unas mejores condiciones de vida. La presidenta de la cooperativa nos comunicó que una treintena de esas chicas, recién instaladas en el poblado tras casarse, han solicitado poder trabajar en el huerto.


Sin embargo, esta transformación no está exenta de problemas, derivados de la mentalidad patriarcal y las tradiciones ancestrales de la gente: muchos hombres temen perder el poder que tradicionalmente han tenido por el aumento de la autonomía y del empoderamiento de sus mujeres. Ellas no pueden participar ni opinar en la gobernanza del poblado, algo que dificulta su acceso a información y que puedan organizarse mejor. En las reuniones con el chef du village, cuando viajamos allí, las mujeres no tienen voz ni voto. Tenemos que reunimos luego con ellas a la sombra del gabasoumba, el árbol más grande, para darles la oportunidad de expresarse con libertad.


Está claro que, para consolidar el desarrollo económico y social de la zona, no bastará con mantener nuestros actuales proyectos, sino que necesitaremos trabajar para que hombres y mujeres vayan cambiando, poco a poco, esas mentalidades tradicionales que obstaculizan su prosperidad.


En esta línea, hemos contratado a una supervisora, Mlle Catherine Muncoro, para que asesore a las mujeres y las ayude a organizarse. Catherine, que se ha instalado en Kanso para este trabajo, es originaria de Boidié, y trabajó en el huerto que creamos allí y que ya es autosuficiente. En nuestra visita de marzo animamos a las mujeres a colaborar con la supervisora y entre ellas, abandonando rivalidades y mentalidades regresivas.


En junio se iniciará la cosecha de karité y el labrado de los campos para plantar el arroz, los otros dos proyectos que tenemos activos en Kanso para la autosuficiencia y el desarrollo. Mlle Catherine se encargará de supervisar también estas actividades, con el fin de maximizar el rendimiento de las instalaciones para el karité y del uso del tractor.

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